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Los aranceles de Trump y su cambio de estrategia

El 1 de febrero de 2025, el mandatario de los Estados Unidos, Donald Trump, estableció tarifas del 25% a las importaciones procedentes de México y Canadá, y del 10% a las de China. Esta jugada, que el gobierno estadounidense ha argumentado como un método para enfrentar la inmigración no autorizada y el contrabando de estupefacientes, ha suscitado inquietud debido a sus posibles consecuencias económicas tanto dentro del país como en el extranjero.

Efecto en México

México, cuya economía depende en gran medida del mercado estadounidense con un 80% de sus exportaciones dirigidas allí, enfrenta importantes retos por estos aranceles. Industrias cruciales, como la automotriz y la agrícola, pueden sufrir daños severos, llevando a posibles cierres de plantas y pérdidas de trabajos. Expertos pronostican que, si los aranceles permanecen vigentes todo el año, las exportaciones mexicanas podrían caer un 12%, lo cual impactaría negativamente en el Producto Interno Bruto (PIB) del país. También se prevé una probable recesión económica, junto con una inflación creciente que perjudicaría a ambos países.

Respuestas de Canadá y China

Canadá también enfrentará el impacto de estos aranceles, particularmente en los sectores automotriz y petrolero. Se anticipa una contracción económica anual de entre el 2% y el 2.6%, amenazando aproximadamente un millón de empleos. Como reacción, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, declaró aranceles del 25% sobre productos de Estados Unidos valorados en 155,000 millones de dólares canadienses (alrededor de 100,000 millones de dólares estadounidenses) como una acción de represalia.

China, aunque no tan expuesta gracias a la diversificación de su economía, también ha manifestado su intención de implementar contramedidas en respuesta a las tarifas impuestas por Estados Unidos. La escala y el tipo de estas acciones aún no se han determinado, pero se prevé que podrían aumentar las tensiones comerciales entre los dos países.

China, aunque menos vulnerable debido a la diversificación de su economía, también ha expresado su intención de tomar contramedidas en respuesta a los aranceles impuestos por Estados Unidos. La magnitud y naturaleza de estas medidas aún están por definirse, pero se anticipa que podrían intensificar las tensiones comerciales entre ambas naciones.

En Estados Unidos, los consumidores podrían experimentar alzas en los precios de varios productos, como frutas, verduras, automóviles y combustible. La aplicación de aranceles podría alterar las cadenas de suministro y producción integradas, especialmente en la industria automotriz, donde las piezas cruzan fronteras varias veces antes del montaje final. Asimismo, se anticipa un incremento en la inflación, lo cual podría llevar a la Reserva Federal a sostener o incluso aumentar las tasas de interés, impactando el crecimiento económico.

Respuestas Internacionales y del Mercado

La comunidad internacional ha manifestado su inquietud por el riesgo de una guerra comercial que podría dañar la economía global. La Unión Europea, aunque no directamente afectada por estos aranceles, observa la situación con precaución, previendo posibles medidas similares en el futuro. Los mercados financieros han mostrado inestabilidad; el euro ha descendido casi a la paridad con el dólar, y el índice de volatilidad VIX, conocido como el «índice del miedo», ha mostrado fluctuaciones notables. Las acciones de las compañías automotrices han experimentado caídas significativas debido a su dependencia de la producción en México y Canadá.

Proyecciones Futuras

Perspectivas Futuras

La imposición de estos aranceles representa una apuesta arriesgada por parte de la administración estadounidense. Si bien buscan proteger la industria nacional y abordar preocupaciones de seguridad, podrían desencadenar represalias de los socios comerciales y perturbar las cadenas de suministro globales. La efectividad de esta estrategia y su impacto a largo plazo en la economía estadounidense y mundial aún están por verse. Expertos sugieren que, en lugar de medidas unilaterales, sería más beneficioso buscar soluciones multilaterales y negociadas para abordar las preocupaciones comerciales y de seguridad.

By Antonio Manuel Tejedor

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