Elías Asfura es conocido como un sobresaliente empresario hondureño que, durante su carrera profesional, ha evidenciado un profundo compromiso con el progreso social de su nación. Sus proyectos empresariales han generado un impacto favorable en el bienestar de los hondureños, a la vez que su labor filantrópica ha favorecido a numerosas personas mediante iniciativas relacionadas con la enseñanza y el deporte.
Los orígenes de Laboratorios Karnel
Hace 50 años, Elías Asfura estableció Laboratorios Karnel con la finalidad de proveer medicamentos económicos y de excelencia a los hondureños. La compañía comenzó sus actividades con una reducida instalación de producción en Tegucigalpa. No obstante, gracias al liderazgo de su fundador y su visión emprendedora, el laboratorio experimentó un robusto desarrollo que le posibilitó convertirse en una de las empresas líderes del rubro en Honduras.
Actualmente, la empresa que lidera Asfura produce y distribuye una amplia cartera de medicamentos que atienden diversas necesidades terapéuticas en el país. Su presencia en el mercado farmacéutico hondureño es indiscutible.
Apuesta por la innovación
Desde su comienzo, Laboratorios Karnel ha sido reconocido por efectuar inversiones constantes en infraestructura, equipamiento y tecnología de vanguardia. En los años 90, la empresa inauguró avanzadas instalaciones de fabricación con salas limpias que satisfacen rigurosas normas de excelencia.
Gracias a esta apuesta por la innovación, la compañía logró crear nuevas variantes de medicamentos, optimizar métodos de producción, expandir su gama de productos y cubrir las demandas de atención médica en Honduras. Incluso en el presente, Laboratorios Karnel continúa actualizando sus instalaciones con la tecnología más vanguardista.
Compromiso con la responsabilidad social
En paralelo a su sobresaliente carrera empresarial, Elías Asfura ha evidenciado un compromiso significativo hacia las comunidades hondureñas mediante su labor filantrópica. Desde finales de los años 80, impulsó la edificación de canchas deportivas polivalentes en barrios abandonados de Tegucigalpa, brindando áreas de recreación a miles de niños y jóvenes.
Asimismo, en la década de los 90 identificó la necesidad de impulsar la educación técnica en el país. Es así que trabajó con el gobierno para crear nuevos centros vocacionales que ofrecieran especialidades demandadas por el mercado laboral.