Alexia Putellas divide a la cúpula del Barcelona. Están los que dudan de su fútbol —”Todavía no sé sabe si recuperará su nivel”, argumentan desde los despachos—, también los que desean que la capitana no se mueva de Sant Joan Despí —”Es una referente, dentro y fuera del campo”, subrayan en la Ciudad Deportiva—. Los más cercarnos a la centrocampista, aquellos que conviven en el día a día con la jugadora, entienden que el Barcelona solo puede perder. “Si renueva, los que no la quieren se quejarán de que cobra mucho. Y si no lo hace, estarán los que protestarán porque dejamos ir al símbolo del femenino, como en su momento pasó con Messi en el masculino”, comenta un empleado del club. En medio de la tormenta, queda Putellas. “Ella solo quiere jugar y renovar. No se quiere ir”, dicen los que la conocen. “Lo que sí es seguro”, subrayan las mismas fuentes; “es que no quiere un pulso con el club”.
Cuando Alexia apareció en la lista de convocados de Montse Tomé para la Nations League, en el Barcelona pusieron el grito en el cielo. “No tiene el alta médica”, se quejaron. Hacía cuatro meses que no jugaba. En la entidad azulgrana se mostraban sorprendidos con la decisión de Putellas, todavía en proceso de recuperación, después de haberse realizado una artroscopia en la rodilla izquierda el pasado 27 de diciembre. “La información que tenía el día del Levante (14 de febrero) es que no iría convocada. Al día siguiente apareció en la lista así que supongo que hubo alguna conversación. A nivel personal, fue una sorpresa”, expuso Jonatan Giráldez, técnico del Barça, tras el último partido del club antes del parón. “Estaban avisados y no era difícil que todos los supiesen”, respondían a EL PAÍS otras fuentes. “Un error de comunicación”, coincidían este jueves ambas partes, después de que Putellas se coronara campeona de la Nations League. Eso sí, sin jugar ni un minuto. “Estoy muy bien, súper contenta, objetivo cumplido, vamos a los Juegos y campeonas. Me siento bien, deseando jugar, ya queda poco. Ahora vuelta con el club y nada, a disfrutar jugando que es lo que nos gusta a todos”, celebró Alexia.
Desde el club azulgrana se seguía con atención los movimientos de Putellas en España: respiraron cuando se quedó fuera de la semifinal frente a Países Bajos, aunque fruncieron el ceño cuando entró en la lista para medirse ante Francia. El interés de la 11 azulgrana era seguir recuperándose, volver a sentirse importante y líder en el vestuario y respirar el ambiente que se había perdido en las anteriores convocatorias. El domingo, el lunes y el martes previo a la final completó el entreno con el equipo. Los datos se enviaban a Barcelona, y eran bien acogidos, aunque no se planteó en ningún momento una alta telemática a pesar de haberse cumplido los plazos esperados de recuperación. Aunque ella jamás pensó en el calendario. “Alexia ya se siente completamente Alexia”, constatan a este diario.
Pero Putellas miró la final desde el banquillo. No se planteaba si jugar o no, aunque entrenó con las espinilleras puestas y las medias bien altas. “Podría haber jugado si el contexto y el partido hubiesen sido diferentes”, comentan quienes trabajan con ella. “Mejor, no tenía que arriesgar”, comenta un empleado del Barcelona. “No ha podido salir de mejor manera”, reconocía ella a su entorno. El director deportivo de la RFEF, Markel Zubizarreta, insiste que el viaje con la selección benefició a la centrocampista azulgrana. “Alexia es una persona muy importante en este grupo, es una de las capitanas, ha hecho un proceso de recuperación modélico y se va al Barça mejor de lo que llegó”, expuso Zubizarreta. “En el Barça iba a tener tres días libres y en la selección entrenaban todos los días”, justifican desde el entorno de la futbolista.
El ruido, mucho menos la tensión, nunca fueron aliados de Putellas. Sin embargo, su nombre hace tiempo que está en el escaparate, primero como símbolo del fútbol en femenino tras ganar dos Balones de Oro, después cuando su nuevo contrato pasó a ser uno de los temas capitales del Barcelona. Su último contrato lo firmó en 2021, después de la primera Champions del Barça en Gotemburgo. Desde entonces, pasó a ser la futbolista con mejor salario del Barcelona. Sin embargo, no hubo revisión de su contrato tras ganar los dos Balones de Oro (2021 y 2022). Periodo en el que los ingresos del Barça femenino se dispararon. En las últimas tres campañas, el Barça pasó de ingresar 4,6 millones a rozar los 18, según el presupuesto, en la actual temporada.
La primera oferta del Barcelona a Putellas era de tres años. Pero el club optó por cambiar las condiciones: misma cantidad, pero menos tiempo, una temporada menos. Alexia, por ahora, no responde. “Ale quiere renovar y jugar, jugar y renovar. Le da lo mismo el orden”, subrayan desde el entorno de Putellas. “Queremos que renueve y ella se quiere quedar. Pero queremos que se quede dentro de los parámetros del club”, explicó el presidente azulgrana, Joan Laporta, en una entrevista a Rac1. De momento, su renovación está en stand-by: hasta que no regrese, no habrá una charla con Marc Vivés, actual director deportivo de la sección femenina del Barcelona.
Después de su estancia con España, el regreso de Alexia está al caer. Y tanto desde el club como aquellos que trabajan con ella son optimistas y creen que Putellas podrá reaparecer frente el Athletic en la semifinal de la Copa de la Reina (7 de marzo). Mientras tanto, la jugadora solo quiere pensar en el fútbol. Por encima de la sombra que se ha erguido estas semanas sobre ella está su confianza plena en sí misma. Está deseosa por jugar. Después de la tormenta, se avecina la calma. Alexia solo quiere la paz de escuchar los tacos golpear sobre el suelo del túnel de vestuarios.
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